Torta de tamal, guajolota bendita, reina de los lunes en la CDMX, señora del desayuno para llevar comiendo, proveedora de las calorías apenas suficientes para echar a andar el cuerpo en la metrópoli que nunca para. La madre de nuestra dieta chilanga, la que nos apapacha como solo en la capital sabemos hacer: con el suave abrazo de un bolillo. Tamales calientitos por las noches, de verde, de rajas, de mole con pollito.
«Acérquese y pida…» nos conmina la vaporera que perfuma la salida del Metro –de todos los Metros– y los supermercados. Tamales de cochinita, de suadero, de Gansito y de queso crema con mermelada: tamales gourmet también hay, porque el tamal en México es un lienzo, una invitación a jugar y a crear mucho con poco. Comida peregrina, hija del movimiento y el ambulantaje, sustento culinario y emocional de quienes todos los días recorremos la ciudad cargando nuestros sueños, cansancios y apetitos.
Ahorro postal 130, Niños Héroes, Benito Juárez
Lunes a domingo de 5 a 11 horas
Unión y Av. Necaxa, Industrial, Gustavo A. Madero
Domingo de 9 a 12 horas
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Martes a domingo de 8:30 a 14:30 horas