La Casa de las Brujas, con su fachada gótica de ladrillo rojo y torres puntiagudas evocando sombreros de hechiceras, se alza como emblema de la colonia Roma. Edificada a principios del siglo XX, ha revivido en el Bar Brujas, un rincón donde la herbolaria mexicana se entrelaza con la mixología moderna. Su evolución refleja la capacidad de reinventarse que caracteriza a las colonias Roma y Condesa, dos de las más emblemáticas de la CDMX. Parte de su encanto radica en cómo fusionan su herencia arquitectónica —con alrededor de 1 500 edificios catalogados— con una vida vibrante y actual que acoge galerías de arte, cafeterías, parques, boutiques y restaurantes innovadores. Sus calles arboladas han inspirado el cine, el arte, la música y la literatura como ninguna otra zona de la ciudad y quizá sea por su magnetismo o porque nos hacen sentir renovados, que estos barrios recuerdan que la juventud y la novedad se redescubren continuamente.
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